Abordo a Morenatti desde el punto de vista de Jerez. Cuando apenas se valora el esfuerzo por alcanzar metas personas, y parece que sólo son válidos los atajos, las cosas fáciles y simplonas, admiro la labor de Morenatti, paso a paso en su labor encomiable de fotógrafo.
Una sociedad no es próspera ni avanzada si su capital humano, las personas que la forman, se lo proponen serlo. Me llena de tristeza ver como Andalucía se anega del deseo de éxito inmediato, vive un deslumbramiento por el continente sin cuestionar el contenido. Salir en televisión, cantar y triunfar, tomar copas con un famoso… y de ese extremo, a la poca ambición personal de “trabajar de lo que sea”, ya sean chapuzas o poniendo ladrillos. Me pregunto cómo se pueden tener tan pocas aspiraciones, personales y laborales, qué cultura estamos construyendo que transmite tan pocos deseos de aprender, de descubrir, de ir siempre más allá.
Cuando contemplo casos como Morenatti, en el que sin salir en televisión, ha sabido encontrar un hueco. Por una parte, ha conseguido labrar esa pasión que siente por la fotografía. Y por otra parte, sin pretenderlo, demostrar que con perseverancia y paciencia, se puede llegar a donde uno quiera. Se puede.